viernes, 28 de noviembre de 2014

Lila: la igualdad transformadora


Si el lila fuera una persona en lugar de un color, tendría carácter porque el lila es un color que no pasa inadvertido, está lleno de mitología y simbolismo. En floricultura el lila es un color fascinante, las flores lilas más vistosas van desde los Lirios, Crocus, Hortensias, Azaleas, Verbenas, hasta variedades nuevas de Rosas o Tulipanes.

Si existe un referente botánico del color lila por antonomasia, es ese pequeño arbolito ornamental que lleva su nombre: “El lilo” (Syringa vulgaris),   muy común en jardines y parques y originario de los Balcanes. Su flor es muy atractiva tanto por su impacto visual como por su aroma dulce. Curiosamente el “Lilo” tiene numerosas variedades ornamentales con nombre de mujer, de ahí la analogía liliácea.

El color lila es utilizado como símbolo de la lucha feminista y está popularmente extendido, en forma de lazo, en el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra el 25 de marzo en memoria de las “hermanas Mirabal”, según aprobó Naciones Unidas.

Hace 10 años, gracias a un gobierno del PSOE, se aprobó la Ley contra la violencia de género (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género), Ley que tras la entrada del PP en el gobierno ha sufrido un recorte presupuestario que se estima en un 30%. Responsabilidad de la vergonzosa actitud e ineptitud de la dimitida ministra Ana Mato.

Para los socialistas el cumplimiento de esta Ley es una prioridad, es la base de la igualdad entre mujeres y hombres, es mantener el recuerdo presente de la lucha de mujeres que hicieron historia en este país y que estarían orgullosas de esta Ley, como lo estuvieron de la consecución del voto femenino. Mujeres como Clara Campoamor, Victoria Kent o María Zambrano, entre otras muchas.

Los hombres estamos obligados a pelear por erradicar el machismo, enfermedad que actúa como la necrosis de la corteza en el “lilo” provocada por el hongo (Phytophthora syringae) enfermedad que causa importantes daños en las ramas, al igual que el machismo quiebra el principio de igualdad que debe ser la meta política de cualquier socialista que presuma serlo.

Los hombres tenemos que ponernos al frente en la lucha contra esta lacra, debemos dar ejemplo y evitar convertirnos en una plaga para las mujeres, no podemos consentir que los violentos contra las mujeres actúen como el “barrenillo” (Phloetribus scarabaeoidespequeño coleóptero que mina las ramas de las oleáceas, como el “Lilo”, hasta provocar su desecación. Al contrario, debemos actuar contra todos los comportamientos machistas para erradicar la enfermedad y desinsectar la plaga.

Los recortes en educación, en sanidad, en dependencia y la reforma laboral, que ha impuesto el PP y que sigue justificando, están provocando que aumenten los brotes de la enfermedad y que no haya suficiente insecticida para combatir la plaga. Nuestro compromiso de gobierno debe ser incrementar la inversión en educación en igualdad, la inversión en sanidad y en dependencia, logrando de esa forma que las muertes de mujeres en este país no puedan etiquetarse en el apartado de violencia de género. Que el machismo no sea la causa del fallecimiento de una sola mujer.






















jueves, 20 de noviembre de 2014

La mentira maliciosa de Monago


En jardinería y botánica existen numerosos ejemplos paradigmáticos de plantas embusteras, entre las más conocidas las Orquídeas. La mayoría de las plantas cuyas flores tienen una polinización entomófila procuran atraer a los polinizadores naturales (fundamentalmente himenópteros, lepidópteros y dípteros) proporcionándoles néctar a cambio de distribuir su polen. Sin embargo las orquídeas engañan a los insectos imitando el olor y la forma de las hembras de sus polinizadores y lo consiguen sin recompensa alguna. Por ello para numerosos botánicos son conocidas como “las flores mentirosas”.

Charles Darwin publicó un libro sobre la polinización de las orquídeas, que en cierto modo propició el aumento del conocimiento y de la mejora de su cultivo que ya desde mediados del Siglo XVIII había dado origen a la denominada “orquideomanía”, con una evolución parecida a la de la bulbomanía (primera burbuja económica), y que llegó a su fin a principios del Siglo XX.

Existe otra planta la (Arum palaestinum), popularmente conocida como “cala negra”, que ha elevado el engaño imitando los olores de fruta podrida y así atrae a las moscas del vinagre para que actúen como sus polinizadores, la planta en realidad burla a la mosca que queda atrapada durante la noche y no puede salir hasta el día siguiente.

Hace apenas 5 años se descubrió que la planta (Caladium steudneriifolium) originaria de Ecuador finge estar enferma para engañar a sus potenciales depredadores. La simulación evita que sufra ataques de los insectos ya que éstos prefieren hojas sanas y verdes. Quizá es uno de los engaños más sofisticados y fructíferos.

Estos embustes reseñados del reino Plantae son mucho más ingeniosos que los conocidos en el mundo de la política. La mentira puede considerarse como la ocultación de la realidad, incluso el fingimiento o como afirma Nietzsche a modo de debilidad. Recuerdo que en 3º de BUP descubrimos varios filósofos que reflexionaban sobre la moralidad de mentir, desde Platón, Aristóteles, Kant…, hasta Maquiavelo.

Pero uno de los estudios más peculiares es el de Tomás de Aquino que distingue tres tipos de mentira, la útil, la humorística y la maliciosa. Para él las tres pueden considerarse como pecado, pero mientras las dos primeras son veniales, la maliciosa es pecado mortal.

Sin duda la mentira es uno de los motivos principales de desconfianza, la ciudadanía recela de cualquier político embustero. El escándalo sobre los viajes de Monago conforme la exposición anterior puede considerarse como una mentira maliciosa, porque pretende burlarse de los extremeños, cada vez que Monago intenta justificar sus viajes a Canarias deja al descubierto su mendacidad y su ofensa al pueblo extremeño y lo que es más grave, al contrario de lo que sostiene, menoscaba  la imagen de esta región, lo que agudiza su perversidad.

La mentira de Monago parece endémica, sus falacias permanentes son las del PP que como corolario se convierten en la “paradoja del mentiroso”. Los consejos “redondos” y presagios no parecen alcanzar la formidable argucia de la “Cala negra” del “Caladium” ecuatoriano ni tan siquiera la elegancia de las “orquídeas”. No es más que un burdo ejemplo de manual de lo que no debe hacerse en política y parece más bien ajustarse a los numerosas recomendaciones célebres de ilustres filósofos y escritores, como; Aristóteles “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”. Baltasar Gracián “El mentiroso tiene dos males; que ni cree ni es creído”.  Nietzsche “Lo que me preocupa no es que hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”. Lutero: “Una mentira es una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve”.

Monago pretendió utilizar la táctica de la orquídea, pero no parece que vaya a conseguir engañar a los votantes extremeños, pudiera ser que tanto “el bombero” como su asesor no tengan muchos conocimientos botánicos ni filosóficos y más bien hayan subestimado su inteligencia. Como decía, en Twitter, César Calderón, “Monago parecía que iba a hacer un Clinton, mas practicó un Nixon”. Ahora que la falacia es tan vasta no le cabe otro camino que la dimisión.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

El gusano cabezudo y la utopía del bienestar




Hace unos días tuve conocimiento de un informe sobre precariedad y cohesión social que anualmente publica la Fundación FOESSA. Es un informe demoledor, únicamente con leer su introducción se constata la gravedad de la situación, el informe comienza de esta guisa: “hoy en España las personas que no padecen ningún problema de exclusión social se han convertido en una estricta minoría”.  Afirmaciones que apuntan al peligro de que la desigualdad se convierta en crónica y del desplazamiento que se está produciendo entre los grupos de renta de este país que confirma lo que desde el PSOE de Cáceres llevamos afirmando desde hace largo tiempo: que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres.

El PSOE convirtió en realidad el sueño. Antiguamente considerada utopía (al modo de la Commonwealth de utopía que precisaban Platón, Tomás Moro o la Cristianópolis de Andreae) , de establecer un sistema público de Bienestar Social, el denominado Estado del Bienestar, que día a día se comprueba que está gravemente amenazado, como apunta el estudio de la Fundación FOESSA. Se puede considerar de manera alegórica que el Estado del Bienestar es como un gran cerezo con 4 ramas, cada una de las ramas si cabe con mayor valor: la primera la sanidad, la segunda la educación, la tercera las pensiones y la cuarta la dependencia.

Es típica la formación en vaso de los frutales como el cerezo, con 3 ó 4 ramas principales, continuando con el silogismo podríamos afirmar que el agricultor que formó el cerezo fue socialista, todas las ramas incluso la última (guiada por un ministro salmantino), que podríamos admitir que parte de la rama de la sanidad, fueron formadas por un gobierno socialista. No se recuerda a ningún gobierno de la derecha de este país formando y fortaleciendo al cerezo, más bien al contrario.

Hay quién afirma que los gobiernos del PP se han dedicado a debilitarlo podándolo erróneamente, otros que se han entregado a externalizar su producción, pero mi impresión es que el PP no actúa como el agricultor que cuida el cultivo, sino como la plaga que pretende alimentarse del cerezo.

Una de las plagas más dañinas para el cerezo es el gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis), este coleóptero cuasi pétreo en forma adulta, es en estado larvario cuando provoca el mayor daño, ya que se alimenta de las raíces del cerezo, lo que ocasiona el debilitamiento general del árbol, defoliaciones y la muerte de las ramas superiores en primer lugar y hasta la muerte del cerezo cuando los daños afectan a todo el perímetro del cuello y del sistema radicular.

Por consiguiente, no se puede pretender que quien está actuando como una plaga contra el Estado de Bienestar sea el que gobierne y dirija el futuro de las siguientes generaciones. Estamos en un momento esencial, ya que si la plaga continúa atacando y alimentándose del sistema público no habrá tiempo para revertir la situación.

El PP se alimenta del Estado del Bienestar, como el Capnodis tenebrionis se alimenta del cerezo. El PP externaliza, privatiza y hace negocio de lo público, ahora que la construcción ya no es lucrosa, lo intenta con la educación, con la dependencia, con las pensiones y, sobre todo, con la sanidad. La privatización de la sanidad pública es un hecho, como pretende Monago “el trolero y peregrino a las islas afortunadas” con el hospital de Cáceres.

¿Quién no gastaría todos sus ahorros para curar a un hijo? O incluso se endeudaría si la sanidad pública no atendiese al enfermo, como sucede en la sanidad de otros países desarrollados y para deshonra del ministro socialista asesinado por ETA, Ernest Lluch. El negocio está ahora ahí, el PP lo sabe y a fuerza de recortar y hacer creer que no se puede mantener la sanidad pública, pretende desprestigiarla para posteriormente privatizarla. El ejemplo de la Comunidad de Madrid es suficientemente ilustrativo.

No caben ambages, la gente prefiere tener gobernando al agricultor que formó el cerezo, con sus desaciertos y descuidos, que al Capnodis tenebrionis, porque por muy lindo que parezca el coleóptero, sus larvas acabarán poco a poco devorándolo hasta provocar su muerte.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Pamplinas





Al parecer el PP o Arriola (su asesor de cabecera) pretenden devolver a la ciudadanía española a la época del NODO,  a fuerza de repetir en los noticieros e informativos el argumentario sobre la recuperación, el crecimiento y la salida de la crisis. Estrategia que parece imitar Monago en Extremadura, que pretende comprar el voto con alguno de sus últimos anuncios o con su diatriba matutina radiofónica de los lunes, alegato insolente para con la ciudadanía extremeña que espera soluciones y cumplimiento de sus compromisos electorales, y no olvida que, para Monago, lo
primero era el empleo, y recuerda diariamente su obstinación por el anuncio y el marketing.

Este pregonar repetido de recuperación y de la existencia de vigorosas raíces en la economía española, comienzan a ponerse en duda, cada día que pasa, por un mayor número de economistas que advierten la debilidad de la economía y contemplan decrecimiento económico, recesión y los más pesimistas el colapso por el afloramiento de nuevas burbujas económicas y por la represión financiera a la que nos tienen sometidos las élites.

La primera burbuja económica, de la que se tiene conocimiento, fue la producida por el comercio de los bulbos del género tulipa, por ello es conocida por los que nos gusta la jardinería. El cultivo de los tulipanes y su gran número de variedades abrió un mercado, sobre todo para los acaudalados holandeses, que contribuyó a elevar su precio progresivamente conforme iban apareciendo nuevas variedades, hasta que, el lujo, la absurda ostentación y la suntuosidad provocaron que en 1635 el precio de un bulbo llegara a costar 2500 Florines, cuando un cerdo costaba alrededor de 30 Florines. Los registros apuntan a que el récord de venta lo alcanzó la variedad Semper Augustus, por la que se llegó a pagar 6000 florines por un bulbo. Pero en 1637, al igual que pasó con la burbuja inmobiliaria española, ahora e se avecina en China, la burbuja explotó y la economía holandesa quebró.

Los analistas apuntan a que la economía actual está basada en un cúmulo de burbujas, no tiene cimientos sólidos y con el nivel de endeudamiento existente volverá a explotar. Los datos apuntan a la insostenibilidad de la deuda española que oficialmente está próxima a alcanzar el 100% del PIB, pero otros economistas apuntan a que es un 20% mayor, ya que el PIB español está artificialmente inflado, ahora incluso con la inclusión de la prostitución y las drogas para el cálculo de su valor, pero fundamentalmente hinchado por la falta de corrección tras la crisis. Se antoja de dudosa certeza ya que, si antes de que estallase la burbuja inmobiliaria, la construcción suponía un 25% del PIB, y ahora se estima que la construcción únicamente supone un 5%, el PIB debería haber bajado un 20% y esa corrección no se ha realizado.

Los últimos datos de incertidumbre en la bolsa, los datos del índice de Confianza del Consumidor,  los índices de inversión directa que siguen bajo mínimos, la bajada del precio del petróleo,  el estancamiento en la inversión en bienes de equipo y de las exportaciones…, en definitiva la “japonización” de la economía europea, parecen indicar que esas raíces profundas, con las que el PP quiere persuadirnos, son más bien las raíces de la Stellaria media. Esta planta anual y rastrera es conocida por ser una planta invasora de jardines y tierras cultivadas, difícil de controlar por su masiva germinación, pero de raíces extremadamente superficiales, es popularmente conocida como “la Pamplina”. Más bien, los datos apuntan a que la recuperación de la economía española no tienen raíces profundas sino tan superficiales como las raíces de la “Pamplina (Stellaria media)”, ya que la recuperación está basada en un descontrolado aumento de la deuda pública.


En definitiva, la ciudadanía no aprecia recuperación alguna, más bien un crecimiento exponencial de la desigualdad que convierte a los ricos en más ricos y a los pobres en más pobres. Como afirma Joseph Stiglitz, “lo que más preocupa es que se estén produciendo países ricos con población pobre”. Por consiguiente, ¿recuperación económica? No, “Pamplinas”.