Hace unos días tuve conocimiento de un informe sobre
precariedad y cohesión social que anualmente publica la Fundación FOESSA. Es un
informe demoledor, únicamente con leer su introducción se constata la gravedad
de la situación, el informe comienza de esta guisa: “hoy en España las personas que no padecen ningún problema de exclusión
social se han convertido en una estricta minoría”. Afirmaciones que apuntan al peligro de que la
desigualdad se convierta en crónica y del desplazamiento que se está
produciendo entre los grupos de renta de este país que confirma lo que desde el
PSOE de Cáceres llevamos afirmando desde hace largo tiempo: que los ricos son cada vez más ricos y los
pobres son cada vez más pobres.
El PSOE convirtió en realidad el sueño. Antiguamente considerada utopía (al modo de la Commonwealth de utopía
que precisaban Platón, Tomás Moro o la Cristianópolis de Andreae) , de
establecer un sistema público de Bienestar Social, el denominado Estado del Bienestar, que día a día se comprueba que
está gravemente amenazado, como apunta el estudio de la Fundación FOESSA. Se
puede considerar de manera alegórica que el Estado del Bienestar es como un gran cerezo con 4 ramas, cada una
de las ramas si cabe con mayor valor: la primera la sanidad, la segunda la educación,
la tercera las pensiones y la cuarta
la dependencia.
Es típica la formación
en vaso de los frutales como el cerezo, con 3 ó 4 ramas principales,
continuando con el silogismo podríamos afirmar que el agricultor que formó el
cerezo fue socialista, todas las ramas incluso la última (guiada por un
ministro salmantino), que podríamos admitir que parte de la rama de la sanidad,
fueron formadas por un gobierno
socialista. No se recuerda a ningún gobierno de la derecha de este país
formando y fortaleciendo al cerezo, más bien al contrario.
Hay quién afirma que
los gobiernos del PP se han dedicado a debilitarlo podándolo erróneamente,
otros que se han entregado a externalizar su producción, pero mi impresión es
que el PP no actúa como el agricultor que cuida el cultivo, sino como la plaga que pretende alimentarse del cerezo.
Una de las plagas más dañinas para el cerezo es el gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis), este
coleóptero cuasi pétreo en forma adulta, es en estado larvario cuando provoca el mayor daño, ya que se alimenta de las
raíces del cerezo, lo que ocasiona el debilitamiento general del árbol,
defoliaciones y la muerte de las ramas superiores en primer lugar y hasta la muerte del cerezo cuando los daños
afectan a todo el perímetro del cuello y del sistema radicular.
Por consiguiente, no se puede pretender que quien está
actuando como una plaga contra el Estado
de Bienestar sea el que gobierne y dirija el futuro de las siguientes
generaciones. Estamos en un momento
esencial, ya que si la plaga continúa atacando y alimentándose del sistema
público no habrá tiempo para revertir la situación.
El PP se alimenta del
Estado del Bienestar, como el Capnodis tenebrionis se alimenta del cerezo. El PP externaliza, privatiza y hace negocio
de lo público, ahora que la construcción ya no es lucrosa, lo intenta con
la educación, con la dependencia, con las pensiones y, sobre todo, con la
sanidad. La privatización de la sanidad pública es un hecho, como pretende Monago “el trolero y peregrino a las islas
afortunadas” con el hospital de Cáceres.
¿Quién no gastaría todos sus ahorros para curar a un hijo? O
incluso se endeudaría si la sanidad pública no atendiese al enfermo, como
sucede en la sanidad de otros países desarrollados y para deshonra del ministro
socialista asesinado por ETA, Ernest
Lluch. El negocio está ahora ahí, el PP lo sabe y a fuerza de recortar y
hacer creer que no se puede mantener la sanidad pública, pretende
desprestigiarla para posteriormente privatizarla. El ejemplo de la Comunidad de
Madrid es suficientemente ilustrativo.
No caben ambages, la gente prefiere tener gobernando al
agricultor que formó el cerezo, con sus desaciertos y descuidos, que al Capnodis
tenebrionis, porque por muy lindo que parezca el coleóptero, sus larvas acabarán poco a poco
devorándolo hasta provocar su muerte.
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