miércoles, 1 de febrero de 2017

Navidad verde en Extremadura

A falta de frío otoñal, que es la constatación del grave problema de cambio climático que sufrimos, la Navidad no parece que vaya a estar marcada por el blanco de la nieve. En Extremadura, tras la aprobación de su tramitación, los presupuestos para el año 2017 comenzarán a marcar el nuevo año y, si se consigue el necesario consenso, más de una década y por consiguiente un relevante porvenir verde.

En un reciente artículo de opinión el catedrático de Ciencia Política Fernando Vallespín argumentaba con gran lucidez, juicio y erudición que el actual debate político, basado en la simplificación, nos lleva a “un paisaje de devastación moral y confrontación que abre nuevas fracturas sin ser capaz de cerrar las que les dieron origen. Añadimos fuego al fuego”.

Vallespín, considera necesario ofrecer “un diagnóstico frío y desapasionado, elegir mejores opciones mediante el entendimiento, el acuerdo, el consenso…, que es fundamental pensar que no hay un único mundo posible y que en nuestras manos está decidir cómo queremos vivir. Para saberlo deberemos entendernos, no negar las evidencias fácticas, tolerar a los disidentes y respetar las opiniones de los demás”.

La política actual, efectivamente, parece estar marcada por la impostura, la inmediatez, la simplificación. El socialismo siempre se ha visto enriquecido por el debate, las diferencias, el análisis y la dialéctica. Los que aspiran a cambiar la política parece que no tienen sosiego para actuar de manera más reflexiva, se critica a la Junta de Extremadura en el debate de presupuestos, pero no se presentan propuestas realizables para mejorar el día a día de los hombres y mujeres que han decidido establecer su vida en Extremadura.

Por otro lado la derecha extremeña quiere aparentar sabiduría económica y responsabilidad, cuando han sido los causantes de la quiebra y el aumento del déficit de la región y se dedicaron al marketing electoral, con presupuestos inflados y sin soluciones prácticas para resolver los numerosos problemas que agravaron con sus políticas y recortes.

La economía verde en Extremadura será una realidad, como es ya un hecho cada vez más constatado el cambio climático, la simplificación en los mensajes políticos o una certeza como la llegada anual de la Navidad. En algunas poblaciones, también de Extremadura, estas fechas se han caracterizado por el uso del acebo (Ilex aquifolium) como adorno en las viviendas.


Para los que simplifican los debates o los que lo pervierten sería fácil confundir el acebo (Ilex aquifolium) con el muérdago (Viscum álbum) y se quedarían tan frescos, ya que ambas especies son utilizadas en estas fechas Navideñas, pero al entrar en el detalle, en el estudio, en el análisis, se podría comprobar que mientras el acebo es un pequeño arbolito muy apreciado, que incluso ha dado nombre a un municipio de la sierra de Gata y que actualmente está protegido, el muérdago es una especie semiparásita que crece en las ramas de otras especies de árboles.




Por ello es fundamental evitar el clima de confrontación permanente para buscar una supuesta rentabilidad política y encontrar el consenso, el acuerdo y el compromiso de apoyo a iniciativas que pueden conllevar el desarrollo sostenible de esta región, que pueden ser considerados un ejemplo de un nuevo modelo de economía circular y en la que Extremadura puede estar en la vanguardia, dejando los discursos agoreros, pesimistas y oportunistas para no caer en el ridículo de confundir el acebo con el muérdago.

martes, 31 de enero de 2017

La nueva política forestal para Extremadura

El pasado día 21 de octubre de 2016 se presentó en Hoyos la nueva apuesta de la Junta de Extremadura por un modelo forestal distinto, que modifique la forma de actuar tradicional a la hora de desarrollar las reforestaciones en nuestros montes públicos, heredado de los métodos implantados desde las épocas franquistas, donde se estableció como algo normalizado las repoblaciones con monocultivos, principalmente de pino (pinus pinaster).


La apuesta atrevida de la Consejera, Begoña García, por cambiar esa manera de ordenar el monte público en Extremadura es de agradecer. La Consejera podía no haberse implicado, dejando que todo siguiera igual, a la espera de que año tras año no se dieran las circunstancias meteorológicas para que se produjese un gran incendio forestal.


En lugar de eso se ha apostado por firmar un convenio con la Universidad de Extremadura para cambiar la manera en la que se llevaba a cabo la política forestal  en nuestra región. El convenio pretende establecer, mediante el análisis y la práctica en la repoblación, sistemas agroforestales tipo mosaico, con diversificación de especies forestales, con especies autóctonas, especies frondosas e incluso algunas especies agrícolas. De igual forma que signifique una reducción de la cubierta vegetal por la introducción del pastoreo con el fin de paliar, con todas estas medidas, el alto riesgo de grandes incendios forestales.

Porque incendios forestales seguirán produciéndose, desde esta perspectiva es necesario afrontar la resolución de los problemas detectados con la política forestal aplicada en los últimos años; abandono de las masas forestales privadas, grandes extensiones de montes públicos con monocultivo de pino, abandono de la ganadería y el pastoreo tradicional, abandono de cultivos tradicionales, gran fragmentación de la propiedad privada de los montes, ausencia de planes periurbanos en los municipios establecidos en las zonas de alto riesgo de incendios…

Todos los incendios no se podrán apagar, será imposible, pero con esta apuesta de cambio se podrá conseguir a largo plazo, evitando los monocultivos, que sea mucho más difícil que llegue a transformarse en un gran incendio forestal, que supere por tanto las 500 has quemadas. A pesar que durante el verano en Extremadura tengamos condiciones extremas con temperaturas de más de 300C, humedad menor del 30% y velocidad del viento mayor a 30km/h, con esta apuesta por un nuevo modelo de reforestación será más difícil que se convierta en un gran incendio forestal.

La crítica sin más, por hacer daño al gobierno sin reconocer apuestas como ésta, no deja de ser un ejercicio más de simplificación y banalización de la política, sin rigor y sin matices, con el único objetivo de desgastar al gobierno haga lo que haga. Y puestos a criticar la manera de desarrollar la política forestal y de afrontar las consecuencias de un gran incendio, algunos no podemos dejar de recordar que la comarca de la Sierra de Gata ha sufrido el olvido y el maltrato del gobierno presidido por Rajoy al no aprobar un Real Decreto de Ayudas para los afectados por el incendio del año pasado.

Por primera vez se están tomando decisiones políticas teniendo en cuenta un nuevo paradigma en política forestal, basada en el estudio y en el trabajo de grandes profesionales, que significará la diversificación de nuestros bosques, el enriquecimiento del medio rural y nuevas oportunidades para los que han decidido vivir en nuestros pueblos, pensando en todos ellos se ha apostado por establecer esta nueva política forestal.

¿El cambio climático existe?

El pasado día 11 de noviembre se celebró en Caminomorisco la IV Feria Internacional de Apicultura y Turismo, todo un éxito organizativo y participativo, que pone a los apicultores hurdanos como referencia y en la vanguardia de las ferias del sector. Por ello es necesario reconocer el esfuerzo que realiza Gervasio Martín Gómez como Alcalde de Caminomorisco y Presidente de ADIC-HURDES.

La apicultura pudo comenzar a desarrollarse hace unos 12.000 años, de hecho en España hay pruebas de su inicio en pinturas rupestres con iconografía apícola en la Comunidad Valenciana, prácticamente al mismo tiempo en el que se expandió la agricultura y la ganadería originaria del denominado “Creciente Fértil”. La tierra fértil entre  el Tigris y el Éufrates conocida como Mesopotamia fue el comienzo de un desarrollo agrícola que se expandió mundialmente en las márgenes de los principales ríos.

Posteriormente los fenicios fueron los responsables de su comercialización, utilizaban el trueque, colocando productos como la miel en las orillas de las playas para que fuesen intercambiados por los nativos. La miel era un producto perfecto por su fácil conservación, de hecho se asegura que en la tumba de Tutankamón fueron encontradas vasijas con miel que estaban en perfecto estado a pesar de haber transcurrido 33 siglos.

Pero la miel de calidad debe contar con un sector profesionalizado como el que desde hace 4 años podemos constatar visitando la Feria de Apicultura en Caminomorisco, miel y sus derivados de primera calidad que aún se encuentran con dificultades como los problemas con la trashumancia o el etiquetado que debe garantizar la indicación del país de origen de la miel, incluso en los casos de mezclas de mieles de la UE y mezclas de mieles de la UE con la de otros países, como recogía la iniciativa presentada por el PSOE que se aprobó en la Asamblea de Extremadura .


El sector debe avanzar en las causas del aumento de la mortandad de las abejas, como recogen numerosos estudios, jornadas y especialistas los factores que pudieran afectar a la salud de las abejas son; las enfermedades y parásitos como el ácaro (Varroa destructor) o el microsporidio (Nosema ceranae), la utilización de plaguicidas neonicotinoides y organofosforados que pueden provocar en las abejas problemas fisiológicos, alteración en el pecoreo, efectos neurotóxicos o incluso su muerte, y el último factor, no por ello menos importante, el cambio climático.


Al contrario de lo que una parte de la opinión de profesionales y políticos afirman el cambio climático, especialmente por el aumento de las temperaturas, puede originar el desplazamiento de las estaciones, que adelanta la actividad de las abejas y su coincidencia con las floraciones, lo que pudiera provocar la extinción de algunos polinizadores.

En el estudio realizado por la unidad científica de Greenpeace, titulado “El declive de las abejas”, donde se analizan estos peligros para los polinizadores se llega a afirmar literalmente “que si continúa el declive de los polinizadores silvestres, corremos el riesgo de perder una proporción sustancial de la flora mundial”, y se cuantifica el valor económico global que pudiera tener la polinización en 265 millones de euros.




Así pues querer seguir la corriente de opinión de Donald Trump o del  primo de Rajoy, sobre que no existe el cambio climático, puede originar el caos en las producciones agrícolas mundiales y por tanto el colapso en las relaciones comerciales futuras, por mucho que se quieran negar los peligros existen y nuestra conciencia conservacionista, de protección de la biodiversidad y de respeto al medio ambiente debería seguir la línea propuesta por nuestro presidente Guillermo Fernández Vara que en pocas fechas presentará su apuesta por desarrollar una economía verde y circular participativa con el horizonte 2030 en Extremadura.