Al parecer el PP o Arriola (su asesor de cabecera) pretenden
devolver a la ciudadanía española a la época
del NODO, a fuerza de repetir en los
noticieros e informativos el argumentario sobre la recuperación, el crecimiento
y la salida de la crisis. Estrategia que parece imitar Monago en Extremadura,
que pretende comprar el voto con alguno de sus últimos anuncios o con su diatriba
matutina radiofónica de los lunes, alegato insolente para con la ciudadanía
extremeña que espera soluciones y cumplimiento de sus compromisos electorales,
y no olvida que, para Monago, lo
primero era el empleo, y recuerda diariamente
su obstinación por el anuncio y el marketing.
Este pregonar repetido de recuperación y de la existencia de
vigorosas raíces en la economía española, comienzan a ponerse en duda, cada día
que pasa, por un mayor número de economistas que advierten la debilidad de la
economía y contemplan decrecimiento
económico, recesión y los más
pesimistas el colapso por el afloramiento de nuevas burbujas económicas y
por la represión financiera a la que
nos tienen sometidos las élites.
La primera burbuja
económica, de la que se tiene conocimiento, fue la producida por el
comercio de los bulbos del género tulipa, por ello es conocida por los
que nos gusta la jardinería. El cultivo
de los tulipanes y su gran número de variedades abrió un mercado, sobre
todo para los acaudalados holandeses, que contribuyó a elevar su precio
progresivamente conforme iban apareciendo nuevas variedades, hasta que, el
lujo, la absurda ostentación y la suntuosidad provocaron que en 1635 el precio de un bulbo llegara a costar
2500 Florines, cuando un cerdo costaba alrededor de 30 Florines. Los
registros apuntan a que el récord de venta lo alcanzó la variedad Semper
Augustus, por la que se llegó a pagar 6000 florines por un bulbo. Pero
en 1637, al igual que pasó con la burbuja
inmobiliaria española, ahora e se avecina en China, la burbuja explotó y la
economía holandesa quebró.
Los analistas apuntan a que la economía actual está basada en un cúmulo de burbujas, no tiene
cimientos sólidos y con el nivel de endeudamiento existente volverá a explotar.
Los datos apuntan a la insostenibilidad de la deuda española que oficialmente está próxima a alcanzar el
100% del PIB, pero otros economistas apuntan a que es un 20% mayor, ya que el PIB español está artificialmente
inflado, ahora incluso con la inclusión de la prostitución y las drogas
para el cálculo de su valor, pero fundamentalmente hinchado por la falta de
corrección tras la crisis. Se antoja de dudosa certeza ya que, si antes de que
estallase la burbuja inmobiliaria, la construcción suponía un 25% del PIB, y
ahora se estima que la construcción únicamente supone un 5%, el PIB debería
haber bajado un 20% y esa corrección no se ha realizado.
Los últimos datos de incertidumbre
en la bolsa, los datos del índice de
Confianza del Consumidor, los índices de inversión directa que siguen
bajo mínimos, la bajada del precio del
petróleo, el estancamiento en la inversión en bienes de equipo y de las
exportaciones…, en definitiva la “japonización”
de la economía europea, parecen indicar que esas raíces profundas, con las que
el PP quiere persuadirnos, son más bien las raíces de la Stellaria media. Esta
planta anual y rastrera es conocida por ser una planta invasora de jardines y
tierras cultivadas, difícil de controlar por su masiva germinación, pero de
raíces extremadamente superficiales, es popularmente conocida como “la Pamplina”. Más bien, los datos
apuntan a que la recuperación de la economía española no tienen raíces
profundas sino tan superficiales como las raíces de la “Pamplina (Stellaria media)”,
ya que la recuperación está basada en un descontrolado aumento de la deuda
pública.
En definitiva, la ciudadanía no aprecia recuperación alguna,
más bien un crecimiento exponencial de la desigualdad que convierte a los ricos
en más ricos y a los pobres en más pobres. Como afirma Joseph Stiglitz, “lo que más preocupa es que se estén produciendo
países ricos con población pobre”. Por consiguiente, ¿recuperación económica?
No, “Pamplinas”.
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