miércoles, 11 de abril de 2018

El socialismo ejemplar de Máximo



El pasado sábado 10 de marzo, mujeres y hombres socialistas homenajeamos al compañero Máximo Gaspar Carretero, hasta 2015 alcalde de San Martín de Trevejo, un sencillo, emotivo y merecido homenaje que venía a reconocer su dedicación para con su pueblo y su pasión por defender los ideales socialistas siempre.


Máximo nos reconoció que tenía la espina de que, tras su marcha de la alcaldía, el PP gobernara en San Martín de Trevejo y que estaba seguro que el mejor homenaje que se le podría hacer es que el PSOE volviera a ganar las elecciones municipales más aún tras la pésima gestión que está realizando el alcalde del PP.

En compañeros como Máximo se puede contemplar la fortaleza y el compromiso por llevar siempre como bandera la igualdad, la defensa por los servicios públicos y la justicia social, principios socialistas sólidos que parecen imitar la dureza de la madera de los melojos (Quercus pyrenaica) que abundan por la Sierra de Gata.



La madera de los melojos fue utilizada, antaño, para hacer barcos, ha sido explotada tradicionalmente para destinarla a leña para calentar las viviendas, para elaborar carbón y para la construcción. Ha sido un recurso más de los habitantes de la Sierra de Gata y el norte de Extremadura donde abundan aún los melojares.

El socialismo debe ofrecer argumentos sólidos como los que expuso Máximo en su merecido homenaje, como la madera del melojo, debe servir para que la ciudadanía dé por seguro que el mejor proyecto es el que garantizará los servicios públicos, como ha conseguido Guillermo Fernández Vara al frente de la Junta de Extremadura, que seguirá trabajando a diario para conseguir la igualdad.

La ciudadanía debe conocer las buenas políticas llevadas a cabo por las administraciones gobernadas por los socialistas, que como en la Diputación de Cáceres, están llevando a cabo una magnífica labor para desarrollar programas que eviten la despoblación y asienten la población en nuestros municipios.

Esta semana de marzo también debería ser portada en nuestras redes sociales el proyecto que gracias al empeño del Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, con su alcalde Alberto Piris y de la Diputación con su Presidenta Charo Cordero, ha hecho posible recuperar los cuerpos asesinados por el Franquismo en una fosa de la mina Terría de Valencia de Alcántara, al menos 48 fusilados que allí permanecían sin que pudiesen ser recuperados por sus familiares, como Conchita Viera, que después de más de 80 años ha podido recuperar los restos de su padre, alcalde republicano asesinado.

Y también conocer la trayectoria de socialistas como Máximo que lo dio todo como alcalde de San Martín de Trevejo, sin nada a cambio, dedicando horas y horas para conseguir mejorar la calidad de vida de sus habitantes.



El agua es la mayor mina para Extremadura


En el reciente foro del regadío en Extremadura, Guillermo Fernández Vara manifestó que “el agua embalsada en nuestra región es la mayor mina para Extremadura”, apostando claramente por la modernización y la creación de nuevos regadíos para el desarrollo de nuestra tierra y la fijación de la población como apuesta clara contra el despoblamiento que nos aqueja.

Ciertamente, el debate sobre la implantación de minas en la región está siendo muy manido, especialmente la de litio en la ciudad de Cáceres, ya que existe una alta preocupación ciudadana sobre las consecuencias de su posible implantación tan cerca de la ciudad que modificará el paraje de Valdeflores y el entorno de la sierra de la Mosca de manera irreversible.

Existe especial preocupación entre los ecologistas y ambientalistas por la posible afectación a vegetación sensible, protegida e incluso en peligro de extinción, como la especie (Serapias Pérez – chiscanoi), especies de interés especial como (Ruscus aculeatus) o géneros como (Narcissus, Orchis), y que también puede afectar a las aguas subterráneas del “Calerizo” y por tanto de los acuíferos.

Puede haber aumentado la incertidumbre y el desconcierto en la ciudadanía conocer los cambios de posición de la alcaldesa de Cáceres, que en julio de 2017 recriminaba a los agoreros que opinaban que la llegada de la empresa sería un «desastre», calificando el proyecto como «una verdadera oportunidad». Hasta el día 29 de enero en la que la alcaldesa afirmaba que el “No a la explotación de la mina era inamovible” y que ha concluido en la declaración del 19 de febrero en la que la alcaldesa afirmó que “habían paralizado un expolio, no una inversión”.

Al contrario que los responsables políticos del PSOE, como el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Luis Salaya, que ya afirmó que el proyecto de la mina daba miedo y que el PSOE se oponía al proyecto, desde las declaraciones del Presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que defendió que en ningún momento se iba a aprobar un PIR (Proyecto de Interés Regional) para la autorización de la mina y que la decisión la tendría el Ayuntamiento, hasta las declaraciones de la Consejera de Medio Ambiente, que ha asegurado que si el Ayuntamiento no modifica el Plan General Municipal el Informe de Impacto Ambiental (DIA) sería negativo, puesto que en la actualidad no es compatible ese uso en la ciudad de Cáceres. Por tanto la decisión está en el Ayuntamiento de Cáceres.

En el alma del PSOE hay muchas opiniones, en todos los asuntos hay matices. Y eso ha sido lo que tradicionalmente ha enriquecido a este Partido, siempre ha habido corrientes de izquierda, socialistas laicos, socialistas cristianos, socialistas más ecologistas, socialistas más liberales. Precisamente, esa diversidad ha sido lo que ha enriquecido las posiciones del PSOE, no al contrario. En este caso es seguro que la Dirección General de Medio Ambiente garantizará los derechos de la ciudadanía de Cáceres. Entre todos los matices posibles, yo comparto que el futuro de desarrollo de Extremadura y de la ciudad de Cáceres no estará en las minas, más bien en el proyecto de economía verde y circular del que muchos aún recelan.