Durante el mes de enero se ha
debatido en la Asamblea sobre el nuevo Programa de Desarrollo Rural y la
justificación del anterior (2007 –
2013), un debate que, como de costumbre, lleva hasta la mezquindad el PP, intentando
falsear los datos o poner en duda la solvencia de la Consejera, o la
profesionalidad de los funcionarios que trabajan en su gestión.
En este período de cambio en
Extremadura ha quedado demostrado que las cuentas de la región están mucho peor
de lo que estaban en 2011, que las cuentas en la región están con más números
rojos y que los extremeños y extremeñas estamos más endeudados. Se ha
demostrado que el mito de la buena gestión que quería arrogarse el PP era una
farsa, otra más.
En el PP no pueden estar
orgullosos de su buena gestión, últimamente pueden presumir de casos de
corrupción, pero de buena gestión en las administraciones públicas no. En
Extremadura querían poner en duda la gestión del PSOE, pero lo que sale, día tras
día, es la incompetencia de la gestión de los fondos europeos a la vez que los
noticiarios se llenan de casos corrupción organizada para, supuestamente,
financiar las actividades del PP en distintas provincias. Podrán presumir de
Matas, Fabra, Púnica, Taula, Acuamed, Bárcenas, Gürtel…
A pesar de que el 5 de noviembre
el PP pronosticaba que se tendría que devolver una gran cantidad de fondos
europeos del PDR 2007 – 2013, se ha podido justificar el 100% del programa con
un gran esfuerzo y trabajo. Aquellos vaticinios catastrofistas del PP del 5 de
noviembre, parecían deseos mezquinos e incredulidad en que el PSOE pudiera
resolver todos los pufos que habían
dejado en la Consejería y especialmente en la gestión del PDR. El PP se retrató
de nuevo al confundir su deseo e incompetencia, con nuestra realidad y
diligencia para resolver.
Se ha demostrado una pésima
gestión del PDR por parte del PP, con una descoordinación y descontrol en el
gasto que ha supuesto que la Junta de Extremadura tenga que asumir con fondos
propios 7,6 millones de Euros. Que ha implicado que 89,8 millones de Euros de
gasto van a tener que pagarse en 2016 con cargo al nuevo PDR, que sumados a los
127 millones de compromisos plurianuales hará que tengamos casi un 20% menos de
fondos para inversión y ayudas.
El paradigma de esa mala gestión,
sin duda, ha sido la distribución de las ayudas agroambientales: prometieron
ayudas por encima de lo que se podía pagar, engañando indiscriminadamente a los
agricultores y sin que se pudieran justificar como medidas agroambientales.
Si la rosa siempre ha sido uno de
los principales emblemas de la floricultura, y más aún a partir del siglo XIX en
la jardinería moderna ya que se comenzó a extender el uso de las variedades
híbridas, con multitud de colores, olores y tamaños, los símbolos en el
Desarrollo Rural han sido las ayudas a los Grupos de Acción Local y las medidas
agroambientales que han supuesto el mantenimiento de la población en nuestros
municipios.
Si la rosa es la imagen del partido
que tiene como bandera la igualdad, en la política agraria la bandera tiene que
ser el reparto igualitario y equitativo de las ayudas que hacen posible el
sostenimiento del mundo rural y de una agricultura tradicional y moderadamente
rentable como para fijar la población en nuestros pueblos.
El regalo envenenado que nos dejó
la herencia del PP en la gestión del PDR, ha sido resuelta con pericia y mucho
trabajo por la Consejería a pesar del laberinto de expedientes de ayudas mal
justificadas y tramitadas por el PP, expedientes que parecían querer hacer un
homenaje a los libros de la espectacular y laberíntica biblioteca de la Abadía
Benedictina que el recientemente fallecido Umberto Eco describía en su más
famosa obra El nombre de la rosa. Sin
duda todo un regalo envenenado difícil de resolver que las asociaciones
agrarias y los agricultores deben saber.