martes, 8 de marzo de 2016

PDR una rosa en el jardín de Extremadura



 Durante el mes de enero se ha debatido en la Asamblea sobre el nuevo Programa de Desarrollo Rural y la justificación del  anterior (2007 – 2013), un debate que, como de costumbre, lleva hasta la mezquindad el PP, intentando falsear los datos o poner en duda la solvencia de la Consejera, o la profesionalidad de los funcionarios que trabajan en su gestión.

En este período de cambio en Extremadura ha quedado demostrado que las cuentas de la región están mucho peor de lo que estaban en 2011, que las cuentas en la región están con más números rojos y que los extremeños y extremeñas estamos más endeudados. Se ha demostrado que el mito de la buena gestión que quería arrogarse el PP era una farsa, otra más.

En el PP no pueden estar orgullosos de su buena gestión, últimamente pueden presumir de casos de corrupción, pero de buena gestión en las administraciones públicas no. En Extremadura querían poner en duda la gestión del PSOE, pero lo que sale, día tras día, es la incompetencia de la gestión de los fondos europeos a la vez que los noticiarios se llenan de casos corrupción organizada para, supuestamente, financiar las actividades del PP en distintas provincias. Podrán presumir de Matas, Fabra, Púnica, Taula, Acuamed, Bárcenas, Gürtel…




A pesar de que el 5 de noviembre el PP pronosticaba que se tendría que devolver una gran cantidad de fondos europeos del PDR 2007 – 2013, se ha podido justificar el 100% del programa con un gran esfuerzo y trabajo. Aquellos vaticinios catastrofistas del PP del 5 de noviembre, parecían deseos mezquinos e incredulidad en que el PSOE pudiera resolver todos los pufos que habían dejado en la Consejería y especialmente en la gestión del PDR. El PP se retrató de nuevo al confundir su deseo e incompetencia, con nuestra realidad y diligencia para resolver.

Se ha demostrado una pésima gestión del PDR por parte del PP, con una descoordinación y descontrol en el gasto que ha supuesto que la Junta de Extremadura tenga que asumir con fondos propios 7,6 millones de Euros. Que ha implicado que 89,8 millones de Euros de gasto van a tener que pagarse en 2016 con cargo al nuevo PDR, que sumados a los 127 millones de compromisos plurianuales hará que tengamos casi un 20% menos de fondos para inversión y ayudas.

El paradigma de esa mala gestión, sin duda, ha sido la distribución de las ayudas agroambientales: prometieron ayudas por encima de lo que se podía pagar, engañando indiscriminadamente a los agricultores y sin que se pudieran justificar como medidas agroambientales.

Si la rosa siempre ha sido uno de los principales emblemas de la floricultura, y más aún a partir del siglo XIX en la jardinería moderna ya que se comenzó a extender el uso de las variedades híbridas, con multitud de colores, olores y tamaños, los símbolos en el Desarrollo Rural han sido las ayudas a los Grupos de Acción Local y las medidas agroambientales que han supuesto el mantenimiento de la población en nuestros municipios.




Si la rosa es la imagen del partido que tiene como bandera la igualdad, en la política agraria la bandera tiene que ser el reparto igualitario y equitativo de las ayudas que hacen posible el sostenimiento del mundo rural y de una agricultura tradicional y moderadamente rentable como para fijar la población en nuestros pueblos.


El regalo envenenado que nos dejó la herencia del PP en la gestión del PDR, ha sido resuelta con pericia y mucho trabajo por la Consejería a pesar del laberinto de expedientes de ayudas mal justificadas y tramitadas por el PP, expedientes que parecían querer hacer un homenaje a los libros de la espectacular y laberíntica biblioteca de la Abadía Benedictina que el recientemente fallecido Umberto Eco describía en su más famosa obra El nombre de la rosa. Sin duda todo un regalo envenenado difícil de resolver que las asociaciones agrarias y los agricultores deben saber.