viernes, 31 de octubre de 2014

"Punica granatum"


No aprendemos, día tras día nos despertamos con las peores noticias que pueden afectar a un país democrático hasta tal punto que comienza a extenderse la idea de la existencia de un régimen, el del 78, que carece del fundamento –desde el punto de vista heleno-  del significado de la palabra democracia. La mayoría de la ciudadanía piensa que el poder no está en el pueblo y que, contra natura, descansa en una clase política, empresarial, religiosa –aristocracia al fin- que tiene como objetivo vivir a costa del pueblo,  servirse del pueblo y aprovecharse del trabajo, humildad y sencillez del pueblo

Es una tradición secular en este país, (o aún e históricamente reino) ya que en el año 1601 Francisco de Sandoval y Rojas, más conocido como El primer Duque de Lerma convenció a Felipe III para que trasladase la capital desde Madrid a Valladolid, lo que se convirtió en uno de los primeros pelotazos de la historia. Evidentemente, y desde nuestra descreída mirada actual,  con anterioridad a la oficialidad de la decisión,  el Duque compró propiedades para especular con ellas y conseguir un precio mucho más elevado para el establecimiento de la corte en la ciudad Vallisoletana. 


La historia está salpicada de picaresca, pelotazos, fraudes, malversaciones, expolios, estafas y timos al pueblo. El último que hemos conocido es el de la operación Punica grantum (nombre científico del granado) por ser, presuntamente, Francisco Granados, el todopoderoso y fiel escudero de Esperanza Aguirre en el PP de Madrid, el cabecilla de la trama corrupta. 


Sin embargo, el político Granados no honra la historia de este majestuoso árbol caducifolio, uno de los árboles más apreciados en la jardinería, tanto por su porte, como por su flor y su fruto. Uno de los árboles míticos de los jardines de Babilonia, árbol mitológico que es símbolo de amor, fertilidad y prosperidad, cuyo fruto se caracteriza por sus cualidades medicinales y saludables. En este caso, el resultado apunta a que la fecundidad y prosperidad han ido a parar a la cuenta de algunos cargos públicos que siguen expoliando al demos


La política debe hacer gala de su auténtico significado, debe resolver los problemas, debe ejercer el poder desde la democracia y no desde el absolutismo, el nepotismo y el despotismo, actual, que más bien recuerda a la época de Felipe III y su "valido" el Duque de Lerma


Si desde la política no somos capaces de encontrar una solución a la descomposición del sistema democrático, a la podredumbre diaria que se extiende desde algunos gobiernos locales hasta el nacional y a la deshonestidad de sus gobernantes, repetiremos la historia política italiana con nuestro homólogo tangentopoli y sucederá que será demasiado tarde para lamentarnos. 


De todos los partidos políticos y cargos públicos es responsabilidad denunciar y combatir esta lacra, apostar decididamente por dotar de valores y honradez al sistema educativo, que de una vez por todas modernice esta sociedad española instalada en la época del Duque de Lerma y de la picaresca medieval. Más aún si apostamos por un porvenir próspero para nuestros hijos, herederos de un país que debe suprimir estas prácticas corruptas de su léxico y practicar cotidianos.