En el norte de la provincia de
Cáceres el mes de septiembre es un mes especial, por la entrada en el
calendario del otoño, que supone una modificación sustancial del paisaje de los
valles y montañas que se llenan de contrastes cromáticos, ya que los árboles
caducifolios dejan de sintetizar la clorofila, debido a la disminución de horas
de luz, predominando de esta manera los tonos marrones, ocres y anaranjados. Es
especial también por el inicio del “verdeo”,
donde los olivicultores comienzan la recolección de la aceituna manzanilla cacereña.
El norte de la provincia de Cáceres
tiene altas potencialidades, pero sin duda alguna, una de sus mayores riquezas
es la aceituna y su afamado aceite, oro
líquido que de ella se obtiene en las almazaras que elaboran alguno de los
aceites más reconocidos y premiados por su calidad, que presume de tener las
mejores cualidades organolépticas y que merece por ello el distintivo de Denominación de Origen Gata Hurdes.
Septiembre, a su vez, es el mes del
comienzo del curso escolar y político. En cuanto al curso escolar se puede
resumir citando este titular de la prensa: “el curso escolar empieza con 740 alumnos menos y 274 docenes más en
Extremadura”. El curso político, sin embargo, se ha iniciado con una
campaña del PP de Extremadura donde intenta convencer a los extremeños acerca
de sus acostumbradas falsedades.
El PP de Extremadura lleva el mes
de septiembre criticando todas las medidas del gobierno socialista de Guillermo Fernández Vara, hasta su
viaje oficial al Vaticano, sin sonrojarse cuando su líder se pasó años cargando
viajes a Canarias a costa del Senado, sin que precisamente se pudiera
justificar que ninguno de ellos fuera oficial.
Hace unos años ya escribí un
artículo en el que comparaba al PP con el barrenillo del olivo “Phloeotribus
scarabaeoides”, un pequeño escarabajo que va minando poco a poco las
ramas de los olivos hasta llegar a secarlas, produciendo un debilitamiento
general del árbol y, por tanto, una reducción de la cosecha de aceitunas. Quizá
la plaga o enfermedad sea, ahora, aún más peligrosa.
Hablando de peligros, el PP siempre
lo ha sido para el sostenimiento de los pilares del estado del bienestar, lo
demostró durante los 4 años que gobernó Extremadura, realizando los mayores
recortes en sanidad con el cierre de las urgencias
rurales y la paralización e intento de privatización del hospital Cáceres, o con la supresión de
la gratuidad del transporte escolar
para los estudiantes de bachillerato y paralización de obras en colegios como el de Santibáñez el Bajo.
Ahora que se acercan las elecciones de mayo de 2019, el PP pretende
engañar a la ciudadanía con mensajes catastrofistas, cuando los peores datos de
empleo, con más de 180.000 parados, y los peores datos económicos se dieron la
pasada legislatura bajo su gobierno, el que decía que era “el gobierno de los
mejores”.
Por ello la mayoría de la ciudadanía extremeña entra en pánico
cuando recuerda los recortes y el desgobierno de la derecha en Extremadura,
porque sería un fastidio poder perder de nuevo todo lo recuperado y dejar de
mejorar nuestra sanidad, educación y atención a la dependencia. Pánico como el
que sufren los olivicultores cuando oyen hablar de la bacteria “Xylella fastidiosa” que ha secado miles
de hectáreas de olivo en Italia y que este año ya ha sido detectada en Madrid.
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