El pasado día 21 de octubre de 2016 se presentó en
Hoyos la nueva apuesta de la Junta de Extremadura por un modelo forestal
distinto, que modifique la forma de actuar tradicional a la hora de desarrollar
las reforestaciones en nuestros montes públicos, heredado de los métodos implantados
desde las épocas franquistas, donde se estableció como algo normalizado las
repoblaciones con monocultivos, principalmente de pino (pinus pinaster).
La apuesta atrevida de la
Consejera, Begoña García, por cambiar
esa manera de ordenar el monte público en Extremadura es de agradecer. La
Consejera podía no haberse implicado, dejando que todo siguiera igual, a la
espera de que año tras año no se dieran las circunstancias meteorológicas para
que se produjese un gran incendio forestal.
En lugar de eso se ha apostado
por firmar un convenio con la
Universidad de Extremadura para cambiar la manera en la que se llevaba a
cabo la política forestal en nuestra
región. El convenio pretende establecer, mediante el análisis y la práctica en
la repoblación, sistemas agroforestales
tipo mosaico, con diversificación de especies forestales, con especies
autóctonas, especies frondosas e incluso algunas especies agrícolas. De igual
forma que signifique una reducción de la cubierta vegetal por la introducción
del pastoreo con el fin de paliar, con todas estas medidas, el alto riesgo de
grandes incendios forestales.
Porque incendios forestales
seguirán produciéndose, desde esta perspectiva es necesario afrontar la resolución de los problemas
detectados con la política forestal aplicada en los últimos años; abandono
de las masas forestales privadas, grandes extensiones de montes públicos con
monocultivo de pino, abandono de la ganadería y el pastoreo tradicional,
abandono de cultivos tradicionales, gran fragmentación de la propiedad privada
de los montes, ausencia de planes periurbanos en los municipios establecidos en
las zonas de alto riesgo de incendios…
Todos los incendios no se podrán
apagar, será imposible, pero con esta apuesta de cambio se podrá conseguir a
largo plazo, evitando los monocultivos, que sea mucho más difícil que llegue a
transformarse en un gran incendio forestal, que supere por tanto las 500 has quemadas.
A pesar que durante el verano en Extremadura tengamos condiciones extremas con
temperaturas de más de 300C, humedad menor del 30% y velocidad del
viento mayor a 30km/h, con esta apuesta
por un nuevo modelo de reforestación será más difícil que se convierta en un
gran incendio forestal.
La crítica sin más, por hacer
daño al gobierno sin reconocer apuestas como ésta, no deja de ser un ejercicio más de simplificación y
banalización de la política, sin
rigor y sin matices, con el único objetivo de desgastar al gobierno haga lo
que haga. Y puestos a criticar la manera de desarrollar la política forestal y
de afrontar las consecuencias de un gran incendio, algunos no podemos dejar de
recordar que la comarca de la Sierra de
Gata ha sufrido el olvido y el maltrato del gobierno presidido por Rajoy al
no aprobar un Real Decreto de Ayudas
para los afectados por el incendio del año pasado.
Por primera vez se están tomando
decisiones políticas teniendo en cuenta un nuevo paradigma en política
forestal, basada en el estudio y en el trabajo de grandes profesionales, que
significará la diversificación de
nuestros bosques, el enriquecimiento
del medio rural y nuevas
oportunidades para los que han decidido vivir en nuestros pueblos, pensando en todos ellos se ha apostado por
establecer esta nueva política forestal.
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