viernes, 19 de diciembre de 2014

“Presupuestos tortuosos”


Esta semana se han conocido los presupuestos de la Diputación de Cáceres para el año 2015, unos presupuestos que cuentan con el informe negativo de la Intervención General de la Diputación y que no cumplen con lo establecido por Rajoy y Montoro, como recordó el Diputado Carlos Labrador.
Son unos presupuestos que siguen sin dar solución al paro en los municipios de la provincia, que no apuestan por las inversiones en los pueblos y que por tanto se olvidan del principio de igualdad que debe caracterizar a la institución provincial. El gobierno provincial parece olvidar que su razón de ser es apoyar a los municipios de menos de 20.000 habitantes.

Esta legislatura de gobierno del PP en la Diputación de Cáceres se puede resumir por la paralización e ineptitud para gestionar los fondos provinciales. El escaso porcentaje de ejecución presupuestaria y de las obras en la provincia, es lo que está provocando que la Diputación tenga un elevadísimo remanente de tesorería.

Lo que el PP defiende como buena gestión económica,  no es más que la evidencia de la incapacidad para invertir el dinero público en tiempo y forma para ejecutar las obras comprometidas en los municipios y para desarrollar un presupuesto de más de 100 millones de euros que a todas luces sobrepasa la capacidad de gestión del PP en la provincia.

Todo ello unido, además, a medidas antisociales como el cierre del Colegio Mayor Francisco de Sande, el desmantelamiento del consorcio medioambiental, el abandono de la hospedería la Serrana de Piornal o la desidia en la gestión de la sociedad agropecuaria.

Es una ofensa a la ciudadanía contar con un remanente en la Diputación que casi supera el presupuesto de una anualidad, mientras en los pueblos de la provincia los alcaldes no pueden atender las necesidades básicas de los vecinos y muchos de ellos tienen dificultades para pagar las tasas e impuestos municipales (incrementados por el PP: como el IBI o el agua) o este invierno sufren por poder pagar la electricidad o la calefacción que caliente sus hogares.

Higuera Milenaria, Jardines del Palacio de Carvajal, Caceres, Extremadura, SpainComo explicaba el profesor José María Corrales en un artículo que llevaba por título “Isabel y las higueras de Carvajal”, en el palacio de Carvajal hay varias higueras, la más famosa la tortuosa y centenaria, no parece tan longeva como algunos pretendieran hacer creer, higuera presente en los jardines del palacio de Carvajal.

Esa higuera,  que tiene una historia según la creencia de algunos mitológica, es particular y seguro que su retorcido tronco no ha contemplado ningún gobierno tan incapaz como el actual, tan hipócrita y artificioso como para además presumir de ello.

La analogía también puede aplicarse a la higuera que crece en la torre, que aunque curiosa para la mirada de los turistas puede provocar importantes daños en sus muros. Las raíces de la higuera (ficus carica) efectivamente provocan daños en la ciudad monumental, son daños que apenas se aprecian, pero que pueden ser costosos de reparar si no se actúa con celeridad y profesionalidad.


En el centro histórico de Cáceres se encuentra el palacio provincial, éste no tiene daños provocados por ninguna higuera, pero está siendo gestionado por el PP, un partido que desde que accedió al gobierno provincial no ha entendido el propósito de la institución, su finalidad, su necesaria función de salvaguarda para con el mundo rural, especialmente en una provincia como la de Cáceres con tantos pueblos pequeños que necesitan una Diputación fuerte, solidaria, inversora, y capaz de dar solución a los problemas cotidianos de los alcaldes y alcaldesas.

El problema de la Diputación, de su paralización, de su incapacidad para gestionar el presupuesto y para ejecutar los programas de obras provinciales, es el PP, que actúa como las raíces de la higuera y está desvirtuando la función que debe desempeñar. El tratamiento debe ser rápido, porque la provincia no se puede permitir una Diputación mal gestionada. No se puede permitir por más tiempo un gobierno insensible, insolidario, sectario e incapaz.


Los habitantes de los pueblos cacereños añoran otra Diputación, la mayoría de alcaldes y alcaldesas desean menos anuncios presupuestarios y más inversiones, más apoyo, más soluciones y un cambio que únicamente puede producirse con la entrada de un gobierno socialista en la provincia.

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