lunes, 2 de julio de 2018

En defensa de la agricultura y el medio ambiente

El pasado día 15 de mayo se celebró la festividad de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores, campesinos y jornaleros, mujeres y hombres dedicados a trabajar la tierra, también a conservarla y mimarla para poder seguir viviendo de ella. La Junta de Extremadura y en concreto la Consejería de Medio Ambiente y Políticas Agrarias ese día, en Consejo de Gobierno, tomó una serie de medidas para seguir apoyando al mundo de la agricultura y el medio ambiente.

Se aprobaron ayudas para la modernización del olivar, para la transformación de regadíos en Villanueva del Fresno y Tierra de Barros, para la prevención de incendios forestales, para las Mancomunidades y quizá las menos resaltadas mediáticamente, ayudas para el cambio de uso de suelo forestal a cultivos agrícolas.

Dentro de la estrategia de economía verde y circular, se están desarrollando numerosas acciones, tanto privadas como públicas, pero una de las más deseadas y agradecidas por el norte de la provincia es la puesta en marcha del proyecto “Mosaico”. Para ello es fundamental facilitar el cambio de uso de suelo forestal a agrícola facilitando la creación de masas con distintos cultivos, que generen una barrera natural que sirva de cortafuego y evite grandes masas de monocultivo forestal y por ende una gran extensión de combustible potencialmente susceptible de originar un gran incendio forestal.






En estos días en los que en el Valle del Jerte, pero también en las Hurdes, la Vera y el Ambroz se comienza con la recogida de nuestra codiciada y deseada cereza, no estaría mal extender el cultivo de frutales en varias de las zonas de más alto riesgo de incendio, que cumplieran un doble propósito, crear barreras naturales contra los incendios y crear riqueza y parcelas agrícolas que fomentaran el asentamiento de la población, especialmente de jóvenes, que pudieran dedicarse al noble oficio de la agricultura.

De esta manera la administración pública satisfaría el compromiso de lucha contra la despoblación de nuestras zonas rurales y a la vez rompería las grandes masas forestales, especialmente repobladas con Pinus pinaster, creando masas y franjas de cultivos agrícolas, con otras especies con potencialidades agrícolas o forestales, las del género prunus serían muy apropiadas, que generen mayores ingresos en la población, como el cerezo (Prunus avium), ciruelo (Prunus domestica), almendro (Prunus dulcis), melocotonero (prunus persica), olivo (Olea europaea), castaño (Castanea sativa), nogal (Juglans regia), arándano (Vaccinium myrtillus), pistacho (Pistacia vera ), caqui (Diospyros kaki)…

Una nueva oportunidad que la Junta de Extremadura potencia, a pesar de las trabas y de la falta de compromiso y ayuda por parte del gobierno de Rajoy y del PP, que parece seguir la política forestal que llevó a la práctica el franquismo, que repobló con pino y eucalipto y olvidó los intereses de la gente con pretensiones como la de unir los más de 40 pueblos de las Hurdes en uno. Será esa política nostálgica la que le permite al PP mantener a un reconocido franquista sentado en los escaños de la Asamblea de Extremadura.

Los extremeños y extremeñas conocemos el trato secular de la derecha y por eso valoramos los esfuerzos por establecer nuevos paradigmas en la gestión medioambiental, agrícola o forestal. Un esfuerzo que también hace otra institución gobernada por el PSOE, la Diputación de Cáceres, que sigue abanderando la lucha contra la despoblación con medidas, las últimas apoyando a los emprendedores y a los jóvenes en los pueblos de la provincia. Seguimos esperando el mismo compromiso del Gobierno de Rajoy, por un tren digno para Extremadura ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario